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Impaciente cada noche de verte llegar, aparecer y desbaratar todas mis intenciones. Deseo oír tus pasos, anunciando tu llegada, adivinar tus movimientos mientras te acercas a mi. Y cúando por fin te siento cerca, abrir mis ojos al oir tu respiración junto a mi boca, notando tu aliento rozar mis labios, como exigiendo un beso debido y nunca prometido.
Un dedo dibuja el contorno de mi rostro, trazando sus líneas y despertando el deseo de ese beso que reclamas sin pedir por.. miedo? que puedo leer en tus ojos... Temor? que siento en el temblor de tu dedo... Altanería? que percibo en la sonrisa de tu boca...
Quiero quitar tu miedo, calmar tu temor y sonreír contigo, rindiéndome al deseo de besarte, entregándome a tu boca ya impaciente de saciar su deseo de fundirse con la mía, entrelazando nuestras lenguas nerviosas.
Ella: he oido decir que los besos son la antesala del placer...y un buen beso dado abre muchas puertas. Dónde desearías darme esos besos?
El: en tus labios, suavemente, acariciándolos, haciendo que se abran, pero sólo caricias y luego ...
Ella: dime... luego que?
El: digamos que mis labios tatuarían suavemente tu piel, despacio, sin prisas y escuchando tu respuesta pero claro, hay que explorar con calma tu piel, con ternura, delicadeza, a la vez que degustando los aromas de la piel.
Ella: me gusta tu forma de besar y de despertar los sentidos...
EL: de eso se trata, de seducir con los labios, sin prisas, y observar la reacción que producen y quien sabe si una ligera brisa de mis labios ayudarían sobre tu piel previamente humedecida por ellos, y hay mucha piel, con diferente sensibilidad asi que uno debe ser muy observador.
Ella: cada cuerpo es un misterio que hay que descubrir
El: pero cada parte del cuerpo reacciona de distinta manera, unas yemas de dedos que leen la piel ayudarían y quien sabe la reacción que se puede provocar
Ella: sólo hay que ser paciente y observar
El: eludiendo ciertas partes y centrándote en otras que acrecienten el deseo.
Ella: descubriendolas con tus labios y tus manos...
El: así es incluso sólo las manos con suavidad me ayudarían a descubrir y a más cosas... imagina unas yemas suaves recorriendo tu piel desde tu cuello lentamente pasando por tu canalillo hacia tu vientre, leyendo tus caderas, eludiendo otras partes, bajando por tus muslos suavemente como pluma de ave para regresar en sentido inverso una y otra vez.. cada vez más cerca pero pasando despacio de largo, subir hasta tus labios pintarlos con el dedo índice.
Ella: Deseo besar ese dedo...
El: ssssssssssh, sólo pintarlos suavemente, darte la vuelta, acariciar tu nuca, de izquierda a derecha y regresando
para luego besarla con delicadeza, acariciar tus hombros y descender por tu espalda intentándo erizarla con una brisa de mis labios tomando el tiempo necesario para despertar a tus caderas y que el deseo brille en tus ojos, y tus labios se abran pidiendo bocanadas de aire sólo con los labios y dedos sólo acariciando tu piel.Te daría la vuelta para seguir acariciándote, haciendo que ascienda el ritmo de tus caderas, y que tu boca susurre el deseo pero mis manos solo acariciarte, suavemente los muslos acercándome a tus caderas...
Ella: avivando el deseo..
El: si, saltando de uno a otro de tus muslos o pasando suavemente de una a otra por tu pubis que se alza ligeramente pero vuelve a descender, al notar que voy de un muslo a otro, para otra vez pasar y otra vez hacer que se eleve, mis labios mientras besando tu vientre, tu estómago, lentamente... ascendiendo, saltanto a tu cuello mientras mis manos siguen el camino de besos sembrado.
Ella: sentirias mi cuerpo suplicarte mas...
El: y más le daría poco a poco intentando conseguir que se convulsione presa del deseo pero sólo caricias, y besos de tu cuello a tus labios acercando los míos lentamente, notando como su calor roza tus labios, y ese mismo calor te daría los besos dejando sólo unos milímetros para que fluya tu aliento, para luego retirarlos y que mis dedos los acariciaran, sólo los labios, un suave baño de tacto caliente, escuchando si tu deseo brota de tu pecho por tu boca, susurrandote palabras al oído, sólo perceptibles por uno de ellos mientras el otro rabia de envidia pero luego lo calmaría con otras palabras oliendo tus aromas que me anuncian que estaś preparada y deseando, pero sólo caricias... que convulsiones a tus caderas, separen tus muslos, alzen tu pubis y tus ojos llenos de pasión descontrolada, unos labios que susurran palabras...
Ella: mis manos, tú las diriges, pero las tuyas las dirijo yo
El: y sé qué debo o no darte, para conseguir que alcances esa meta deseada, codiciada, esperada que me niego a darte para acrecentar tus ansias...
Ella: si... deseo sentir mas ansias, mucho deseo.
Continuará...
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